La vivisección es una técnica científica que se basa en la disección de un animal mientras sigue con vida. La vivisección se realiza para intentar buscar una solución a enfermedades malignas que nos afectan, como es el caso del cáncer. Principalmente está restringida al hallazgo de curas, aunque en la actualidad se siguen usando animales en experimentos para usos comerciales.
Muchas asociaciones que luchan para defender los derechos de los animales califican estas actividades como torturas. Pero los animales no han sido los únicos afectados por estas prácticas a lo largo de la historia, ya que en Japón se produjeron experimentos de este tipo durante la Segunda Guerra Mundial. El protagonista de estos ensayos fue el Escuadrón 731, un programa encubierto desarrollado por científicos japoneses para analizar cómo afectaban las armas biológicas en personas.
Aunque parezca una práctica lejana, en nuestros días se sigue haciendo con animales para investigar en perfumería, cosméticos o gel de ducha. La erradicación de estas prácticas está en nuestras manos. Lo único que hay que hacer a la hora de comprar algún material de los citados anteriormente es buscar que ponga en el envase “no testado en animales” o símbolos similares a este.
En años anteriores, el hecho de marcar en un producto que no estaba testado en animales se consideraba como competencia desleal. Algunas de las marcas libres de experimentación son: Heno de Pravia, Agatha Ruiz de la Prada, Hugo Boss o Chanel, por ejemplo.
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